La pérdida de sueño es un problema común en nuestra sociedad moderna que afecta a muchas personas en algún momento en sus vidas.
Aunque las interrupciones ocasionales del sueño no producen generalmente sino molestias, según diversos trabajos científicos, la falta de sueño continua puede conducir a una excesiva somnolencia diurna, dificultades emocionales, bajo rendimiento laboral, obesidad y percepción de poca calidad de vida.
Y es que la importancia restauradora del sueño está ampliamente demostrada.
- El sueño, una necesidad fisiológica muy importante.
Algunos datos importantes son:
-Después de 16 horas de estar despierto, la mayoría de las personas empiezan a mostrar un aumento del tiempo de reacción.
-El córtex prefrontal, estructura cerebral que entra en juego frecuentemente en tareas racionales durante la vigilia, es particularmente vulnerable a los efectos de la pérdida de sueño.
-El cerebro no es igual de capaz de detectar las emociones positivas cuando ha sufrido deprivación del sueño que cuando ha descansado adecuadamente.
-La pérdida de sueño altera el funcionamiento normal de la atención, disminuyendo la capacidad de concentración.
-La falta de sueño ha sido relacionada en gran manera con accidentes de avión, barco, tren, automóviles y los ocurridos en plantas nucleares.
-Los niños y los adultos jóvenes son más vulnerables a los efectos de la deprivación del sueño.
-La falta de sueño puede ser un síntoma de un desorden del sueño no diagnosticado, o de otro problema médico.
- La falta de sueño persistente puede ser muy limitante.
¿Qué es la deprivación del sueño?
Ocurre cuando una persona duerme menos que lo que necesita para sentirse despierto y alerta. La cantidad de sueño necesario varía entre las personas. Los mayores en general son menos vulnerables a los efectos de la deprivación del sueño.
Según algunos organismos especializados, la duración del sueño adecuada para cada edad es la siguiente:
-Recién nacidos (0-3 meses), entre 14 y 17 horas diarias.
-Bebés entre los 4 y 11 meses, de 12 a 15 horas diarias.
-Niños entre 1 y 2 años, de 11 a 14 horas.
-Niños entre 3 y 5 años, de 10 a 13 horas.
-Niños entre los 6 y los 13 años, de 9 a 11 horas.
-Adolescentes de 14 a 17 años, de 8 a 10 horas.
-Adultos entre 18 y 64 años, de 7 a 9 horas.
-Mayores de 65 años, de 7 a 8 horas.
Tras 16 horas de permanecer despierto, el cuerpo intenta compensar la falta de sueño.
Un tipo de respuesta del cerebro sin control voluntario son los microsueños. Habitualmente, durante los microsueños los ojos permanecen abiertos, pero se pierde la capacidad de procesar los estímulos externos, por lo que si tienen lugar durante el manejo de maquinaria o de un vehículo, las consecuencias pueden ser catastróficas. Por mucho que una persona intente evitarlos, los microsueños son inevitables e impredecibles.
- Durante los microsueños, los ojos pueden permanecer abiertos.
Causas de la deprivación del sueño
Algunas personas pueden considerar el dormir como un tiempo perdido y reducir el tiempo de sueño voluntariamente para hacer otras cosas. Dicen que Leonardo Da Vinci, para poder dedicar más tiempo a sus creaciones, empezó a dormir sólo 15 minutos cada 4 horas, régimen de sueño que se denomina multifásico.
- Y algunos han intentado seguir al maestro con mayor o menor éxito.
En otros casos, la falta de sueño es debida al estrés, la depresión, la apnea y otras enfermedades crónicas.
Síntomas
El más frecuente es la somnolencia diurna, aunque también podemos citar:
-Bostezos
-Mal humor
-Fatiga
-Irritabilidad
-Humor depresivo
-Dificultad para aprender nuevos conceptos
-Olvidos
-Falta de concentración
-Falta de motivación
-Torpeza
-Aumento del apetito y en concreto de comidas ricas en carbohidratos
-Reducción de la líbido.
- Los bostezos son quizás la consecuencia con menor importancia de la deprivación del sueño.
Complicaciones, tratamientos y Prevención
La deprivación del sueño debilita la habilidad de la parte racional del cerebro (corteza prefrontal) de controlar la parte emocional (amígdala), dando lugar a un procesamiento anormal de las emociones. Dormir incluso juega un papel necesario para el aprendizaje, de modo que cuando hay deprivación, la dificultad para concentrarse y retener nuevos conocimientos es mayor.
Cuando no dormimos lo suficiente, las hormonas necesarias para regular el crecimiento y el apetito no se segregan adecuadamente y además hay una sobreproducción de hormonas del estrés como la norepinefrina y el cortisol.
Por si esto fuera poco, las oinvestigaciones sugieren que las pérdidas de sueño están relacionadas con aumentos de peso en adultos y niños. De hecho cada hora de privación de sueño diaria se asocia a un incremento de 0,35 kg en el índice de masa corporal, lo cual aumenta el riesgo de hipertensión, diabetes, obesidad, cardiopatías, etc.
Además, las consecuencias de las pérdidas de sueño en el procesamiento emocional y en las habilidades mentales se traducen en lo siguiente:
-Menor tendencia a pensar en positivo
-Mal humor y menor disposición a resolver problemas
-Mayor tendencia a la superstición y el pensamiento mágico
-Mayor intolerancia y menor empatía
-Pobre control de impulsos
-Menor capacidad de posponer la gratificación
La gente que padece deprivación del sueño suelen informar de más sentimientos de desesperanza, inadecuación, fracaso, baja autoestima, menor rendimiento laboral, más conflictos con los compañeros de trabajo y menor calidad de vida.
Además, suelen obtener mayores puntuaciones en las escalas de medición de ansiedad, depresión y paranoia.
- Cuando la deprivación del sueño es grande podrían aparecer determinadas paranoias.
Tratamiento y prevención
Lo mejor de todo esto es que cuando se recupera el patrón de sueño, todos los síntomas y consecuencias revierten. El tratamiento tiene como objetivo satisfacer la necesidad biológica del sueño y prevenir la deprivación.
Las recomendaciones a seguir son:
-Irse a la cama desde que se note cansancio.
-Seguir una rutina tanto para irse a la cama como para levantarse.
-Evitar comer 2-3 horas antes de irse a dormir.
-Si no se es capaz de dormirse tras 20 minutos de intentarlo, irse a otra estancia a leer hasta sentir sueño y entonces volver a la cama.
-Hacer ejercicio regularmente durante el día.
-Dormir en una habitación oscura, lo más tranquila y confortable posible.
-Apagar los aparatos electrónicos al irse a dormir.
-Si la falta de sueño puede ser debida a los pensamientos recurrentes, el
Mindfulness puede ser un buen aliado.
- Aunque no por mucho meditar...
Y algo muy importante a destacar es que todo lo que se ha citado en este artículo tiene lugar cuando la deprivación del sueño es persistente.
No ocurre nada por dormir mal una noche, el problema surge cuando la falta de sueño se cronifica.
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