La nomofobia se puede definir como el miedo irracional a salir de casa sin el móvil, es decir, a no estar conectado. Proviene del término inglés (nomophobia=no Mobile phone phobia).
Es posible que no veas esto como un problema, mientras no se te quede el móvil en casa…pero, al fin y al cabo, ¿qué puede implicar el temor que algunas personas experimentan cuando descubren que se han olvidado el móvil?
Obviamente la respuesta es una dependencia. Cierto, pero quizás una dependencia de algo que no es nocivo, tampoco debería de tener tanta importancia…
Pero ¿realmente no es una dependencia nociva?
Lo primero que nos puede venir a la cabeza es la pérdida de contacto real entre las personas.
Personas que están en un determinado espacio físico juntos porque están, porque permanecen, porque simplemente se encuentran ubicadas en el mismo sitio, pero no porque estén interactuando entre ellas. Sí que interactúan, pero con otras personas que precisamente no se encuentran en ese lugar; muchas veces parece que está presente el mensaje: “estoy contigo porque estoy al lado tuyo, pero es que ahora no deseo comunicarme contigo, sino con quien tengo al otro lado del whatsapp”.
Aunque también es cierto que en ocasiones en medio de una reunión se producen “incómodos” silencios, que son los mejores momentos para consultar el móvil.
Sin embargo, decir todo esto a lo mejor no es motivo suficiente para dejar de comportarnos de esta forma y estar tan de-pendientes de nuestro móvil, aunque lo siguiente quizás sí…
¿Sabes qué es lo que no haces mientras estás tan pendiente de los whatsapp y mensajes de tu móvil?
Pues vivir plenamente el presente. Sí, eso que está tan en boca de todos (y en mails y whatsapp por supuesto), sobre lo bueno que es vivir y atender plenamente al presente, al aquí y ahora, nos lo perdemos con el móvil.
¿Alguna vez has querido aprovechar leyendo un buen libro el tiempo de espera en la cola del autobús , o bien mientras esperas a que salga el café? ¿Has notado como la lectura en esos momentos no te “sabía” igual? Sería como ver una película en la sala de espera de un dentista: estamos tratando de atender plenamente a dos cosas simultáneamente, y no lo logramos; se podría decir que la atención hacia los dos tipos de estímulo (el café y el libro) es superficial.
¿Y no es eso lo que ocurre cuando estamos en una reunión, viendo una peli, teniendo una conversación con nuestra pareja, admirando un atardecer… y miramos los whatsapp o contestamos al teléfono?
Pues ahí está…así no hay forma de vivir plenamente el presente, no hay manera de “saborear” plenamente la vida, no hay modo de sentir plenamente las emociones.
¿Te convence esto un poco más?
Si es así, el procedimiento es sencillo:
En aquellos momentos que pienses que son lo suficientemente valiosos para vivirlos a fondo, apaga o silencia tu móvil; durante ese tiempo serás plenamente feliz.