¿Cuántas veces has sabido lo que realmente quieres pero no has ido a por ello?
¿Por qué no? ¿Por pereza? ¿Por miedo? ¿Por ambas?
Lo cierto es que esto da pie a un dilema personal que muchas veces se salda con la procrastinación…postergamos lo que nos cuesta esfuerzo.
En la consulta de psicología se observa como muchas veces la pereza y el miedo estancan y bloquean vidas; la comodidad que otorga la rutina se elige antes que la inquietud que provoca lo nuevo…pero valioso. Y la persona lo nota, pues la vida pierde gran parte de su sentido.
¿Qué hacer entonces?
El terapeuta puede ayudar a que la persona bloqueada se percate de lo que ocurre, de dónde se encuentra y de hacia dónde quiere ir. Sin embargo, es el paciente, quien debe armarse con dos virtudes para salir de su estancamiento:
Nada mejor para contrarrestar el miedo y la pereza que el valor y la voluntad.