Seguramente habrás oído hablar de muchos casos en los que, supuestamente, el estrés jugó un papel determinante en distintas enfermedades acaecidas en el entorno laboral, como puede ser el caso de infartos, parálisis faciales, etc.
En muchas de estas ocasiones es lógico que se hayan generado dudas sobre si realmente había una relación clara entre el estrés laboral y lo ocurrido.
Sin embargo, una reciente publicación de la revista Neurology, presenta evidencias científicas de una relación clara entre el estrés laboral y los accidentes cerebrovasculares; en este trabajo, presentado por unos investigadores de la Universidad médica del Sur de Guangzhou en China, se analizan diferentes estudios científicos que relacionan el estrés laboral con los accidentes cerebrovasculares.
Los autores clasificaron los diferentes empleos que aparecían en los estudios en función del grado de control que los trabajadores tuviesen sobre la actividad que realizaban y en función de la dureza o de las demandas psicológicas del trabajo, de modo que obtuvieron las siguientes categorías:
-Empleos pasivos: son actividades de reducida demanda psicológica y bajo control por parte del trabajador; por ejemplo conserjes, mineros y otros trabajos manuales.
-Empleos de estrés ligero: actividades con baja demanda psicológica y alto control por parte del trabajador, como en el caso de científicos y arquitectos.
-Empleos de estrés elevado: son aquellos con alta demanda psicológica y bajo control, como en el caso de auxiliares de enfermería y camareros.
-Empleos activos: con alta demanda y alto control, como en el caso de ingenieros, profesores y médicos.
Pues bien, según los resultados de la investigación citada, los trabajadores con empleos de estrés elevado tuvieron un 22% más de riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular en general y un 58% más riesgo de sufrir concretamente una isquemia cerebral que los trabajadores de empleos con bajo nivel de estrés.
La cosa varía según sexos, pues en el caso de trabajadoras con empleos de alto nivel de estrés, el riesgo de accidente cerebrovascular fue un 33% mayor que en las trabajadoras de empleos de bajo nivel de estrés.
Es curioso que, aunque el estilo de vida de las personas que ocupaban puestos de trabajo de alto estrés fuera saludable, el riesgo de padecer la enfermedad seguía siendo mayor que el de los trabajadores con bajo nivel de estrés.
Las razones son un misterio
Las causas de esta relación son desconocidas. Si en los resultados no ejercen gran influencia los hábitos no saludables que podrían asociarse con trabajos de alto estrés (tabaco, alcohol, dieta inadecuada), sólo quedarían como posibles causas directas los factores de riesgo cardiovasculares como desórdenes metabólicos o altos índices de masa corporal o bien las perturbaciones neuroendocrinas que pudieran llevar a respuestas de inflamación.
Para profundizar en las causas
Las futuras investigaciones irán encaminadas a estudiar el efecto de las variaciones a realizar en factores tales como el grado de control de la actividad por parte del trabajador, por ejemplo promoviendo su aumento, por medio de la descentralización de decisiones o bien flexibilizando determinadas condiciones laborales, tal como ocurre en el teletrabajo.