Los problemas para recordar detalles, como dónde están determinados objetos, suelen empezar en la mediana edad (habitualmente sobre los 40) y podrían ser el resultado de la información que nuestro cerebro procesa durante la memorización y su recuperación.
Esta conclusión es la que se deriva de un estudio publicado en la revista NeuroImage, en el cual, a 112 adultos sanos, con edades comprendidas entre los 19 y 76 años, se les mostró una serie de caras de personas para que más tarde pudieran identificar si una cara estaba presente o no en la muestra y, si era así, en qué momento había aparecido.
Mediante técnicas de Imagen cerebral por Resonancia Magnética, los autores del trabajo pudieron comprobar como los participantes más jóvenes activaban mayoritariamente su córtex visual mientras resolvían exitosamente la tarea, lo cual indica que estaban prestando atención a los detalles perceptuales de las caras; sin embargo, los participantes de mediana edad y mayores activaban preferentemente su córtex prefrontal, una parte del cerebro involucrada en la introspección y en obtener información sobre la propia experiencia.
Los autores del estudio sugieren que las carencias en el recuerdo de las personas de mediana edad y mayores pueden deberse a estos cambios en el enfoque de la atención, y no tanto al envejecimiento cerebral.
Esto significa que las personas de estas edades podrían mejorar su memoria aprendiendo a atender más a la información externa que a la interna, lo cual está de acuerdo con las investigaciones que indican que el Mindfulness está relacionado con un mejor envejecimiento cognitivo.