Cuando escuchamos música muestras reacciones emocionales hacia ella se reflejan en cambios en el tamaño de nuestra pupila.
Investigadores de la Universidad de Viena y de la Universidad de Innsbruck, Austria, han sido los primeros en mostrar que tanto el contenido emocional de la música como la implicación personal de los que la escuchan, influencian el tamaño de la pupila.
Este estudio, publicado en la revista científica Frontiers in Human Neuroscience, demuestra que la medida del tamaño de la pupila puede ser usado para cuantificar la reacción emocional hacia la música.
El tamaño de la pupila se ajusta automáticamente a la cantidad de luz ambiental, de forma que se contrae con la luz del día brillante y se dilata por la noche.
Además, el tamaño de la pupila está modulado por los pensamientos, emociones o esfuerzo mental. Por ejemplo, la pupila se dilata como respuesta a las imágenes sexuales explícitas o cuando estamos tratando de resolver mentalmente un problema complicado (ver el post La Ventana del Alma).
Y los sonidos también provocan la dilatación de las pupilas, dependiendo de su contenido emocional
Sonidos activantes, como las voces de una pareja discutiendo, conducen a mayores dilataciones pupilares que sonidos neutros como el ruido de base de una oficina.
Curiosamente, aunque la música a menudo induce emociones fuertes en los que la escuchan, las dilataciones pupilares como respuesta a la música no se han investigado hasta hace poco.
Usando extractos cortos de música, los autores del trabajo comprobaron como los fragmentos calificados como más activantes provocaron dilataciones mayores que extractos percibidos como más relajantes o serenas. Además se observaron mayores dilataciones en los oyentes que informaban que la música jugaba un papel importante en sus vidas, de ahí que la implicación personal del oyente en lo escuchado sea importante.
Se seleccionaron 80 fragmentos de un trio de pianistas y le dijeron a 30 participantes que clasificaran los extractos en función de su contenido emocional. Otro grupo de 30 participantes sin conocimiento del objetivo del experimento escucharon los extractos mientras se medía su tamaño pupilar, antes de llenar un corto cuestionario que incluía preguntas sobre su relación con la música.
Es interesante que como el tamaño de la pupila no puede ser modificado voluntariamente, su tamaño provee un acceso directo a los procesos inconscientes del oyente en respuesta a la música.