Realmente estar en el aquí y el ahora sería muy útil en muchos momentos de nuestra vida, pues la atención plena nos saca de nuestra mente y nos lleva a vivir en el mundo real.
Sin embargo, hay numerosos momentos (más mientras más predecible y repetitiva sea nuestra vida) en los que mantenernos en el presente nos cuesta bastante:
Son los aquellos momentos de rutina cotidiana como cuando nos lavamos los dientes, comemos, nos duchamos, conducimos o caminamos por las mismas calles de siempre, etc.
Seguramente por ahorrar energía, es entonces cuando se pone el marcha el mecanismo que podríamos llamar “piloto automático”, con el cual nuestra atención se vuelve hacia el interior de nuestra mente, descuidando el mundo exterior y volviéndolo invisible e insonoro, mientras no ocurra ningún cambio significativo.
Si los pensamientos en los que entonces nos perdemos son agradables, pues ¡¡fantástico!!, pero si no es así…entonces lo mejor que puede pasarnos es aburrirnos soberanamente, y lo peor, por supuesto, es sufrir “revolcándonos” con nuestra mente y agotarnos hasta el bloqueo mental.
El mindfulness sin embargo, nos devuelve al escenario de nuestra vida, regalándonos un tiempo precioso, que de otra forma, hubiera permanecido casi por completo en el olvido.
En el siguiente vídeo, uno de los mayores promotores en occidente del mindfulness, Jon Kabat Zinn, nos habla de la atención plena, mientras podemos observar la práctica de diferentes ejercicios, entre los que se encuentra el que se ha llamado Mindful Eating, es decir, comer con conciencia plena.