¿Son más felices los tontos o los que piensan menos?
Estarás de acuerdo en que no es lo mismo. Incluso habría que hablar sobre lo que es pensar.
¿Qué proporción de nuestro tiempo diario pasamos pensando productivamente? ¿Cuánto tiempo dedicamos a soñar despiertos? ¿Y cuánto a darle vueltas inútilmente a las cosas?
Yo suelo decir que la respuesta general a la primera pregunta es aproximadamente un 20% diario: creo que pasamos mucho más tiempo dándole vueltas a lo mismo (pensamientos recurrentes) sin resultado positivo que pensando resolutivamente (planificando, resolviendo de verdad algún problema,…).
Y ¿Cómo nos sentimos cuando ponemos a funcionar nuestra “lavadora mental” o cuando rumiamos?
Lo normal es que la respuesta sea “mal”... y eso no es lo peor; lo verdaderamente nefasto es el tiempo que empleamos en ello y la cantidad de cosas que nos perdemos mientras no hacemos otra cosa que “comernos el tarro”.
A eso podríamos añadir el agotamiento mental resultante (para ver por qué puedes releer la Terapia de Aceptación y Compromiso), con lo cual ya estamos atrapados en nuestro propio círculo vicioso.
Pero, ¿Quién crees que pone en marcha “la lavadora”?
Pues tú mism@, y voluntariamente.
No decidimos los pensamientos que irrumpen en nuestra mente, pero sí que decidimos si nos enredamos con ellos o no.
Una vez que asumas y compruebes esto, serás capaz de “pensar” menos, hacer más cosas importantes para ti y por tanto…ser más feliz.