Muchas veces las frases que oímos nos “tocan la fibra
sensible” y no sabemos por qué. El motivo suele quedar inconsciente, a no ser
que tratemos de sacarlo a la luz.
Eso es lo que me ocurrió con una frase de Hunter S.
Thompson que me enviaron hace unos días.
La vida no
debería ser un viaje hacia la tumba con la intención de llegar seguro y hermoso
en un cuerpo bien conservado, sino más bien derrapando en una nube de humo,
totalmente agotado y desgastado, proclamando fuerte: ¡Wow, qué viaje!
Hunter S. Thompson
En un principio la frase me gustó tanto como para
reenviarla, pero no me paré a
plantearme por qué hasta más tarde. Cuando lo hice saqué en claro que el motivo
de que me llamara la atención es que, según mi interpretación, reflejaba una
idea de “Carpe diem”, de vivir el presente, de “poner toda la carne en el
asador”, de arriesgar por lo que valoramos, etc.
Claro, que esto como digo, es mi interpretación, y es algo
que normalmente ocurre cuando alguien lee una frase que ha dicho otro, la
interpreta según sus propios esquemas.
Mis esquemas hicieron que esa frase evocase esa conocida obra
del poeta griego
Kavafis, quien nos sugirió que podíamos pensar en nuestra vida como en un
viaje, de tal modo que el viaje más enriquecedor es aquel en que nos recreamos con
lo que vamos viendo, aquel en que importa más el ir en una dirección que el
alcanzar la meta.
Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca,
Pide que tu camino sea largo,
Rico en experiencias,
En conocimiento...
... que sean numerosas las mañanas de verano
en que con placer, felizmente,
arribes a bahías nunca vistas...
Ten siempre a Ítaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta...
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años,
Y en tu vejez arribes a la isla con cuanto hayas ganado en el
camino,
Sin esperar que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras aprendido...
K. Kavafis (1911)
Un viaje duro pero fascinante
La isla de Ítaca. Después de todo no estaría tan mal llegar joven, no?
Hay quienes pasan su vida como si
tuviesen el objetivo final de llegar a algún sitio. No saben qué esperan, pero
siempre esperan que ocurra algo; quizás esperan que llegue algo así como la
parte del cuento infantil que dice “y fueron felices y comieron perdices”, pero
eso nunca llega fuera de los cuentos. En realidad la vida es lo que ocurre
antes de esa frase: las aventuras y tribulaciones que suceden a lo largo del
tiempo, mientras unos esperan, y otros, quizás los menos, se dedican simplemente a vivirlas,
siendo más o menos conscientes de ello.
Ese fue el mensaje que capté con la
frase de Hunter:
Vive ahora, apuéstalo todo por
aquello que valoras, y no guardes nada para el final…Todos llegamos al final,
antes o después, de una forma o de otra, pero lo verdaderamente importante no
es eso, sino lo que ha pasado en el camino.
Claro, que habría que ver si Hunter
S. Thompson, el autor de la frase, quería realmente decir eso, pues desde
luego, él hizo LITERALMENTE lo que dijo. Parece ser que a los 67 años se quitó
la vida de un disparo en la cabeza y sus restos mortales fueron lanzados por un
cañón desde lo alto de una torre. Efectivamente debió llegar a su tumba algo desgastado
y no muy hermoso…