Y es que actualmente se piensa
que en la estructura cerebral llamada amígdala (almendra) está ubicada la
memoria emocional y que juega un importante papel en las respuestas de ansiedad
ante estímulos externos.
Cuando por ejemplo nos encontramos
con algo o alguien que nos asusta (una serpiente, un amigo bromista, un ruido
fuerte e inesperado…), la respuesta emocional se inicia en la amígdala antes de
ser conscientes de qué es exactamente lo que nos ha causado el susto. Es esto
lo que provoca el sobresalto inicial antes de identificar exactamente si la
causa de la sorpresa es peligrosa o por el contrario no era necesario la
reacción exagerada que hemos tenido.
La memoria emocional puede
heredarse o bien puede adquirirse por aprendizaje como en el caso de las
fobias., donde la reacción de ansiedad generada por el estímulo fóbico
(serpientes, conducir, ascensores, alturas,…) es generada a partir de la
amígdala y provoca las reacciones de miedo y huida con pocas posibilidades de
ser controladas voluntariamente.
La terapia para tratar las fobias
llamada Desensibilización Sistemática trata de emparejar estados placenteros
como el de la relajación con el objeto o situación causante de la fobia; sería
como reeducar a la amígdala transmitiéndole que esos estímulos ya no deben
causar miedo.