Es posible que sea difícil, pero si estás a dieta y vas a comer fuera de casa, mejor decide qué comes antes de llegar al restaurante.
Sí, suena un poco raro, pero ¿por qué decidir antes?
Pues porque según unas investigaciones científicas el peso del camarero o camarera puede influir poderosa e inconscientemente en lo que pedimos de la carta.
Mientras más peso tenga el camarero o camarera, más peso tendrá su peso sobre nuestra decisión: en otras palabras, pediremos más de comer mientras más gorda sea la persona que nos atiende.
¿Qué no te lo crees?
Unos investigadores del Laboratorio de Alimentación y Marcas de la Universidad de Cornell en Nueva York han realizado este estudio, publicado en la revista Environment and Behavior.
Según los autores, un camarero gordo y contento puede hacer que los comensales piensen “pero qué diablos…!!” y pierdan por momentos el control sobre lo que pensaban pedir.
Los camareros gordos multiplican por 4 la probabilidad de que sus clientes pidan postre
Para obtener estos resultados los autores del trabajo analizaron el comportamiento de 497 comensales en 60 restaurantes diferentes, registraron lo que pidieron y el índice de masa corporal (BMI) de los camareros.
Las conclusiones indicaban que era 4 veces más probable que los comensales de restaurantes con los camareros de mayores BMIs pidieran postre y además tenían un 17,65% más de probabilidades de pedir bebidas alcohólicas.
Más curioso todavía es que mientras más delgada era la persona que hacía de comensal, más influencia tenía el peso del camarero sobre el contenido de su pedido.
Este estudio se une a otros anteriores que han analizado la influencia de la iluminación, la música y la situación de la mesa del restaurante en la que se sienta una persona en lo que esta persona pide.
De hecho, un estudio anterior de este mismo laboratorio de la Universidad de Cornell analizaba la influencia del color del plato en lo que comemos, encontrando que mientras menos contraste hay entre la comida que contiene el plato y el color del plato, más comida nos servimos; de hecho, si comemos pasta con salsa con nata en un plato blanco o con salsa de tomate en un plato rojo nos servimos un 22% más que si el color del plato contrastara con el de la comida que contiene.
Teniendo esto en cuenta, si quieres comer menos, busca un plato que contraste con la comida, y si quieres comer más, por ejemplo, más verdura, sírvela en plato verde.
Resumiendo, si tu intención es moderarte con lo que pides en un restaurante, puedes intentar planificar antes de llegar si vas a tomar postre o una copa, para que luego no te influyan tanto los factores inconscientes y por tanto no controlables, y, si eres la propietaria o el dueño de un restaurante, contrata camareras y camareros gordos y observa qué ocurre…es un argumento de peso.
Aunque ya se sabe, como en todo, en la restauración también hay quien sigue sus propias teorías...
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