Un ataque de pánico o crisis de ansiedad podría definirse como un sentimiento repentino de miedo o angustia tan intenso que quien lo sufre tema una pérdida total del control o bien una muerte inminente.
Muchas veces el ataque ocurre sin avisar y sin causa obvia. Puede incluso aparecer mientras la persona duerme, produciendo un despertar angustiante.
Los síntomas físicos que surgen durante la crisis de ansiedad pueden ir desde el corazón acelerado a los mareos, presión en el pecho, dificultad para respirar y cómo no, pensamientos irracionales.
La crisis puede durar desde segundos hasta incluso períodos de una hora.
Tan terribles como pueden experimentarse estos ataques, no son en absoluto mortales, aunque muchas personas cuando lo sufren piensan que van a tener un ataque al corazón.
Eso sí, el primer paso que habría que dar cuando se sufre por primera vez un episodio de este tipo es hacerse una evaluación médica, con el objetivo de descartar causas orgánicas subyacentes.
Algunas condiciones físicas que pueden causar síntomas similares a los que ocurren durante los ataques de ansiedad son:
-Problemas cardíacos.
-Problemas respiratorios.
-Irregularidades hormonales.
Además, el abuso de ciertas sustancias, como a cafeína y otros estimulantes, pueden causar síntomas similares a algunos que aparecen durante los ataques.
Algunos datos importantes sobre los ataques de ansiedad
-Ocurren cuando el cuerpo de la persona experimenta un rápido aumento de la concentración de adrenalina en sangre, habitualmente desproporcionado frente a la gravedad del estímulo que lo desencadena (si es que éste se identifica).
-A menudo no hay una causa que lo explique.
-No está del todo claro por qué se producen, aunque las investigaciones apuntan hacia una combinación de factores genéticos, biológicos, fisiológicos y contextuales que pueden predisponer a una determinada persona a sufrirlos.
-Sobre un 50% de personas con trastorno de pánico y un 40% con trastorno de ansiedad generalizado (TAG) tienen parientes próximos que sufren crisis de ansiedad.
-La amígdala (estructura cerebral primitiva) está altamente implicada en la etiología de los ataques de ansiedad.
-Normalmente los ataques duran entre 15 y 30 minutos, aunque los efectos residuales pueden persistir durante mucho más tiempo.
-Quienes han sufrido un ataque, tienen una mayor probabilidad de sufrir más ataques recurrentes. Esto es lógico ya que la persona que lo sufre puede adquirir miedo hacia sufrir nuevamente un ataque, y este mismo temor sería un acicate para volver a sufrirlo.
-El trastorno de pánico se suele diagnosticar cuando se han sufrido varios ataques y la persona desarrolla miedo a que vuelvan a presentarse.
-No existe un patrón temporal determinado para los ataques; algunas personas pueden sufrirlo casi a diario mientras otras pueden padecer sólo varios en un año.
-Estos ataques son comunes a los diferentes trastornos de ansiedad, pudiendo en cada uno desencadenarse a partir del contacto con los estímulos temidos.
Síntomas de los Ataques de Pánico
-Palpitaciones
-Sudor
-Temblores
-Escalofríos
-Dificultad para respirar
-Sensación de asfixia
-Náusea
-Dolor en el pecho
-Mareos
-Estremecimiento o entumecimiento
-Miedo a perder el control
-Sentimientos de desrrealización o de despersonalización
-Miedo a morir
Algunas logradas representaciones en el cine podrían ser las siguientes:
Tratamiento de los ataques de ansiedad
Actualmente hay diferentes tratamientos que se utilizan con distinta efectividad.
Por supuesto hay medicamentos para el tratamiento de las crisis y de la ansiedad en general. La efectividad de ansiolíticos y antidepresivos es como poco variable y de plazo discutible.
Dentro de los tratamientos psicoterapéuticos, el más usado es la terapia cognitivo conductual aunque la Terapia de Aceptación y Compromiso destaca como terapia novedosa y eficaz.
Un punto interesante de esta terapia es que no fija su foco de actuación en la ansiedad en sí, sino en las limitaciones que ésta provoca en la vida de la persona; el problema no es la ansiedad, sino el vacío que existe en la vida de la persona por la restricción de actividades importantes que ha tenido en diferentes ámbitos, que van desde el laboral al ocio, aprendizaje, pareja y amigos entre otros.
Cuando la persona se centra en acabar con su ansiedad “se olvida” de aspectos importantes que hacían que su vida fuera significativa, restándoles tiempo, energía y aplazándolos hasta el hipotético momento en que la ansiedad ya no esté presente.
Pero,¿se irán la ansiedad o la angustia si la vida pierde su valor, su significado, su sentido?
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