Durante el tratamiento de la depresión según las orientaciones de la Terapia de Aceptación y Compromiso, se exploran diferentes ámbitos de la vida de la persona, entre ellos, el de la salud.
La salud suele ser una de las áreas abandonadas por alguien con síntomas depresivos; para esa persona puede suponer “un mundo” volver a hacer ejercicio, y esto es debido en parte a que no contemplan hacer ejercicio en un momento concreto, sino llevarlo a cabo regularmente, incluso varias veces por semana.
Sin embargo, si tenemos en cuenta que lo importante es dar “pasitos” en la dirección del estilo de vida saludable, el objetivo bien puede ser mantener una única sesión de ejercicio (al menos para empezar).
Esto además se ha visto muy recientemente respaldado por un trabajo científico que afirma que para disfrutar del efecto beneficioso del ejercicio sobre la salud mental es suficiente con una sola práctica a la semana.
En este estudio se han examinado datos de casi 34.000 personas y se ha descubierto que tan sólo una hora de ejercicio por semana, independientemente de su intensidad, puede ayudar a prevenir los síntomas de depresión.
La depresión es un problema muy frecuente actualmente, ya que por ejemplo, en EEUU afecta a alrededor de un 6,7 % de la población adulta al año; es aún más preocupante el dato de la OMS, que calcula que más de 300 millones de personas sufren este trastorno.
Por otra parte, no sólo crece la incidencia de la depresión, sino que también lo hace el estilo de vida sedentario.
¿Estará relacionados el aumento en la tendencia hacia una vida sedentaria con el crecimiento del número de personas diagnosticadas con depresión?
En el estudio citado se examinaron datos de 33.908 noruegos adultos a los que se les hizo un seguimiento de 11 años.
La información contenía una autoevaluación de la actividad física realizada (tiempo, frecuencia e intensidad) así como una escala de ansiedad y depresión junto a la pregunta de si habían padecido alguna vez alguno de estos dos desórdenes.
Los investigadores no encontraron ninguna relación entre la práctica de ejercicio y la frecuencia de los síntomas de ansiedad aunque afortunadamente sí comprobaron que, quienes no realizaban ningún tipo de actividad física, eran un 44% más proclives a padecer depresión que quienes realizaban entre una y dos horas de actividad física semanal.
Además, lo más curioso de este efecto protector del ejercicio frente a los síntomas de depresión, es que es independiente de la intensidad de su práctica.
Según uno de los autores, la mayoría de los beneficios de la práctica del ejercicio sobre la salud mental se producen en la primera hora de práctica semanal.
Es decir, que un pequeño cambio en el estilo de vida de la persona puede producir beneficios en su salud mental significativos.
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