Pues sí, la respuesta es, sacar una foto.
Visto desde esta perspectiva cronológica, es algo bastante alejado de estar en el aquí y ahora, de vivir el presente.
En no pocas ocasiones tomamos una foto pensando en que dentro de semanas o meses querremos contemplarla mientras recordamos este momento presente (bueno, lo que en ese momento futuro será el pasado).
No siempre es así, ahora que la fotografía está al alcance de todos, los propósitos con los que miramos a través del objetivo son de lo más diverso; a mi se me ocurren algunos motivos más:
-Para tratar de “inmortalizar un momento”; es decir, para intentar retener en el tiempo un instante determinado, por su trascendencia o significado. Son momentos que ahora no queremos olvidar. La pregunta es si sentiremos lo mismo en el futuro cuando contemplemos la fotografía.
-Para hacer partícipes a otros de lo que estamos viviendo nosotros ahora. Esto puede ser porque seamos tan generosos que queramos compartir nuestra dicha y la emoción que sentimos con aquellos que no tienen la suerte de estar viviendo lo mismo, o bien por motivos menos altruistas, quizás porque lo que queremos compartir con los demás es la información de que no tienen la suerte de estar viviendo lo mismo que vivimos nosotros ahora.
-Para informarnos a nosotros mismos y/o a los demás de lo diestros que podemos llegar a ser en este arte o en el manejo del photoshop o programas similares.
-Para buscar la risa de los demás o la propia en el futuro adoptando poses “curiosas” en lugares emblemáticos.
-Etcétera por que hay gente para todo…
Sin embargo, aparte de la capacidad de la fotografía para jugar de esta manera con el tiempo, también tiene gran facilidad para robárnoslo. Cuántas veces hemos tratado de retener un atardecer en el que el cielo nos regalaba mezclas de colores fascinantes y buscando plasmar una foto alucinante nos hemos quedado sin disfrutar de cómo han ido poco a poco cambiando sus matices e intensidad los colores de las nubes y el cielo. Cuántas veces se nos ha escapado algo importante por estar controlando el flash, el diafragma, el obturador, el modo de exposición, etc.
¿Verdad que te es familiar ver un grupo de turistas con cámara en mano sacando fotos a todo lo que no se mueve? Y no tienen por qué ser japoneses…
No es que no valore la fotografía, me encanta. Pero creo que desgraciadamente a veces usamos la excusa de hacer una foto para actuar de la misma forma que en muchas ocasiones: perdiéndonos el presente por pensar en el futuro o en el pasado. Muy frecuentemente vivimos en nuestras cabezas en lugar de en el mundo exterior. La mayoría de las veces nuestra atención está en pensamientos sobre el mañana o el ayer, y pocas veces en la percepción del hoy.
No es por casualidad que Stephen Hayes, uno de los profesionales con mayores aportaciones a la Terapia de Aceptación y Compromiso y Midfulness, haya titulado uno de sus libros “Sal de tu mente, entra en tu vida”.
Por cierto, a mi las fotos que más me gustan son las que sólo sirven para recrearme mirándolas, sin photoshop u otros artefactos, como las que siguen, ¿Qué te parecen?
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