jueves, 5 de diciembre de 2013

LA PROFECÍA AUTOCUMPLIDA



 La profecía autocumplida es un curioso fenómeno que puede tener tanto consecuencias positivas como negativas.



Muchas veces se ha oído hablar de su efecto negativo en el área escolar de tal forma que cuando los alumnos pasan de curso y cambian de profesor hay profesores que tratan de informarse con sus colegas de las características de cada uno de los alumnos a los que ese año académico dará clase.
De este modo el profesor ya tendrá una idea preformada de las características de cada uno de sus alumnos y tratará consciente o más probable aún, inconscientemente, a sus alumnos de modo diferente en virtud de sus ya prefijadas opiniones.
¿nada más injusto verdad?






Probablemente atienda con mejor cara y mayor atención las respuestas de los alumnos considerados como “aventajados” y desatienda las preguntas o mire peor las conductas de los alumnos “difíciles” siempre según los criterios del profesor del año anterior.
Este hecho fue demostrado experimentalmente por Robert Rosenthal (Efecto Rosenthal o Efecto Pigmalión).




Afortunadamente la profecía autocumplida también pude tener efectos positivos en el área escolar. En Terapia breve muchas veces se explota este recurso cuando se quiere provocar un cambio de comportamiento en la conducta de los profesores hacia un alumno y a consecuencia de esto, un cambio paralelo de conducta en el alumno.
Podría ser el caso de un alumno hiperactivo sobre el que se está interviniendo individualmente pero que adicionalmente se le dice a sus profesores que se están empezando a ver ligeras mejoras en su conducta, con lo cual los profesores empiezan a ver al chico (mucho más probable que chica según las estadísticas) con “otros ojos” y a comportarse de otro modo con él, comportamiento que influye en el de los compañeros del niño y a su vez en su propio comportamiento.
Un fabuloso toque de efecto dominó muy propio de la terapia estratégica.









Pero la profecía autocumplida, muy relacionada con el efecto placebo, se ha introducido muchas veces en otros campos más esotéricos. Explotado en muchos libros de autoayuda que han tratado de encontrar en este “Secreto” no tan secreto el remedio a todos los males y la piedra de toque de la felicidad.








Sí que es cierto que las expectativas juegan un papel muy importante en nuestra conducta consciente e inconsciente.
Sí nos gustan los dulces y nos acercamos a una pastelería, ¿qué expresión tendremos en nuestra cara?




¿Por qué decía Milton Erickson que los hombres que paseaban y pasaban por delante de una panadería ralentizaban su paso?



Esas conductas, conscientes o no, podrían determinar el resultado de nuestro comportamiento.
Es el caso de un vendedor optimista que entabla conversación con su cliente sonriendo, con muchas probabilidades de que la persona que tiene enfrente le sonría de forma automática también y que por tanto cambie ligeramente su estado de ánimo al sonreir.
















El vendedor ha sembrado, a propósito o no, una buena disposición en su interlocutor; con otras palabras, ha generado un buen clima.
Sin embargo, si el vendedor tuviera en su cabeza que su producto es humo y que no va a “colocárselo” a nadie probablemente no entraría en la empresa con la misma sonrisa, sino quizás con una cara algo descompuesta que generaría automáticamente una sensación desagradable en su interlocutor, que éste probablemente identificaría como desconfianza.













En ambos casos se ha autocumplido la profecía, y ocurre en más casos, como en la persona un tanto paranoica que cree que todo el mundo le odia, lo que le llevará a tener una cara de desconfianza tal, que provocará una sensación desagradable en los demás, quienes por tanto le tratarán “como si le odiaran”.


O también el caso del tímido que llega a una fiesta con cara “de susto” , atrayendo de esta forma a muy poca gente a su lado. 


En este caso una posible intervención terapéutica pasaría por el “actuar como si”.
Si se le prescribe al paciente que cada día haga una cosa diferente que haría como si fuera extrovertido el paciente tímido empezará a darse cuenta de las reacciones que produce en los demás con su comportamiento, empezará a tener más autoconfianza, y gradualmente, a comportarse de una forma más sociable.

En la vida cotidiana hay múltiples casos de profecías autocumplidas, ¿se te ocurre alguno más? ¿sería útil en ese caso "actuar como si"…?

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