sábado, 9 de enero de 2016

¿Quieres una dieta efectiva? Dieta emocional: mindful eating

Mindful Eating: Los expertos dicen que las dietas fallan por no tener en cuenta los aspectos emocionales de la comida
Mucha gente se hace el propósito cada año de perder peso, y aunque las intenciones son buenas, muchas veces los resultados no lo son tanto.
Además se ha estimado que sólo el 8 por ciento de las personas que hacen propósitos para el año que empieza los logran mantener.
Y por si fuera poco, incluso aunque se pierda peso al principio de una dieta, muchas veces el peso perdido regresa para quedarse (curiosamente es uno de tantos que puede volver a visitarnos por Navidad).
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Según Diane Robinson, neuropsicóloga y directora del programa de Medicina Integrativa del sistema de Salud de Orlando, en U.S.A., estos datos no son sorprendentes, ya que la mayoría de las personas se centra casi por completo en los aspectos físicos de la pérdida de peso, como la dieta y el ejercicio; sin embargo, hay un componente emocional en la comida que la mayoría pasan por alto y que no obstante, puede sabotear sus esfuerzos.
 
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Desde el programa citado se realizó una reciente encuesta a nivel nacional de más de mil personas y se encontró que el 31% de los americanos piensa que la falta de ejercicio es su mayor barrera a la hora de perder peso, seguidos por aquellos que piensan que el mayor obstáculo es la cantidad de comida ingerida (26%) y el esfuerzo requerido para llevar un estilo de vida saludable (17%). Un 12% argumentaba que su mayor barrera era el tiempo necesario para poder mantener el compromiso.
Curiosamente, sólo un 1%, pensaba que el bienestar psicológico fuese un factor. “Esto podría explicar por qué para tantos bajar peso se convierte en una batalla” decía Robinson. “Para perder peso y mantener los efectos a largo plazo, tenemos que hacer algo más que pensar lo que comemos, también necesitamos entender por qué comemos”.
Desde una edad temprana estamos unidos a la comida. A los niños muchas veces se les ofrece comida para consolarlos cuando están tristes o como recompensa por su buen comportamiento. Muchas celebraciones, como las cenas de Navidad, los cumpleaños, el día de San Valentín, etc., disponen la ingesta de comida como elemento central. Algunos olores de comidas concretas nos trasladan emocionalmente a determinadas épocas.
Las celebraciones y la comida es algo prácticamente inseparable.
Las celebraciones y la comida es algo prácticamente inseparable.
 
 
Conscientes o no, estamos condicionados a la ingesta de comida no sólo por necesidad, sino por confort. No es algo malo necesariamente, siempre que lo tengamos en cuenta y lo gestionemos adecuadamente.” Añadió Robinson.
Nuestro cerebro reacciona de la misma forma con otros placeres. Ya sea por el consumo de drogas, por un encuentro romántico o por una comida satisfactoria, el cerebro genera un neurotransmisor conocido como dopamina.
El problema comienza cuando la actividad que usamos como recompensa, o bien como amortiguador de ciertos eventos no deseados, es perjudicial para nuestro organismo o nuestros propósitos vitales.
Muchas personas crean el hábito de realizar determinadas conductas perjudiciales cuando se sienten estresadas, ansiosas, tristes o enfadadas: ya puede ser comer en exceso, fumar, beber, jugar, comprar y otras cosas que pueden convertirse en una adicción difícil de erradicar y cuya misión básica es permitir a la persona evadir o huir de una emoción. Como resultado algunas veces la persona se siente relajada realizando ese comportamiento, aunque otras veces entra en escena la culpa…
Darse cuenta de esto puede hacer que seamos más libres y capaces de elegir qué hacemos.
Diane Robinson nos propone las siguientes recomendaciones para ayudarnos reconocer la conexión emocional que mantenemos con la comida:
-Confecciona un diario con tus comidas diarias y tu estado de ánimo. Luego busca los patrones no saludables.
-Identifica las comidas que te hacen sentir bien y escribe por qué las comes, ¿te evocan algún recuerdo o crees que dependes de ellas para evitar sentirte mal?
-Antes de comer algo pregúntate si lo comes porque tienes hambre. Si no es así, busca la raíz emocional de esta conducta
Desde luego, esto tiene bastante que ver con el mindful eating. Hay quien puede reaccionar con pereza ante la idea de registrar cuándo, qué y por qué come, pero desde luego es una forma muy eficaz de ser consciente.
 
El objetivo es comer por hambre y no como forma de afrontar emociones
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El objetivo es comer por hambre y no como forma de afrontar emociones.
 
Quizás en algunos casos sea necesario plantearse la ayuda psicológica: si no tienes reparos a la hora de contratar a un entrenador personal, ¿por qué tenerlo entonces para acudir a la consulta de un psicólogo?.
Como dijo Diane Robinson “Si tratar de mantener tu cuerpo en forma no ha funcionado hasta ahora, puede ser el momento de intentarlo con tu mente”.
 

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