viernes, 31 de marzo de 2017

¿Te gusta el running? ¿Quieres aprender a integrarlo con el Mindfulness?

Dicen que la eficacia en el running mejora con el Mindfulness. Eso es algo que cada persona debe comprobar por sí misma, pero lo que sí está claro, es que será una forma de aprender a estar en el presente de una manera diferente.


Pero ¿se puede meditar corriendo?

Claro, y caminando, y duchándote o comiendo, o lavándote los dientes.

¿Para qué?

Los expertos dicen que es una manera de mejorar tu eficacia y de “estar en la zona”, pero también es cierto que es otra forma de ejercitarte en salir de tu mente y entrar en tu vida.


¿Cómo?

Muy fácil. Empieza por escuchar y sentir tu respiración mientras corres. Siente tus músculos mientras te mueves. Atiende al ritmo de tus movimientos y fíjate en si está sincronizado con el de tu respiración. Deja que se sincronicen.
Concéntrate en tu respiración, siente tus músculos, el contacto de tus pies en el suelo y sé consciente de lo que te rodea; cuando venga un pensamiento (te guste o no), nótalo y deja que se quede atrás en el camino mientras tú continúas atendiendo a tu respiración.

Enfocar plenamente tu atención redundará en una mayor eficacia.

¿Qué tal ha sido la experiencia?

Hay estudios que demuestran que atender experiencialmente a una actividad promueve una mayor persistencia hacia ella que atender al objetivo a conseguir con esa actividad.

No es para pensárselo, es para hacerlo


sábado, 25 de marzo de 2017

La alimentación influye en nuestras emociones y nuestras emociones influyen en nuestra alimentación

El estrés es una emoción frecuente en nuestra sociedad actual, debido a las demandas, acontecimientos y las percepciones que tenemos de ellos.
El estrés tiene un impacto en nuestra conducta y por tanto en nuestra salud, de ahí que muchas investigaciones actuales tengan al estrés, sus causas y sus consecuencias como protagonistas.


Por otra parte, la alimentación influye en nuestras emociones y viceversa, las emociones influyen en nuestra alimentación, tal como atestiguan algunos estudios recientes:

-Una investigación de febrero de este año del Departamento de Epidemiología y Salud Pública del University College London, publicada en la revista Obesity, muestra como aquellas personas con altos niveles de cortisol, la hormona del estrés, durante largos períodos de tiempo, tenían un índice de masa corporal y tallas de cintura mayor que aquellas personas que tenían niveles más bajos de esta hormona.

Las investigaciones apuntan a que el nivel de estrés crónico puede ser proporcional al tamaño de la cintura.

De hecho, el estrés se asocia con la llamada “alimentación de confort”, alta en grasa y en azúcar , con el objetivo de generar bienestar (de forma rápida y a corto plazo, por supuesto).

-Un trabajo reciente, de la Universidad de Sydney en Australia, publicada en BMJ Open, demuestra como ingerir hasta siete raciones de frutas y verduras diarias reduce el riesgo de estrés psicológico en as mujeres de mediana edad. De hecho, en la investigación se ve como, el riesgo de padecer estrés disminuye proporcionalmente a las raciones de fruta y verduras diarias ingeridas; todo esto hasta siete ingestas, ya que a partir de este número no hay mayor influencia.



-Otro estudio reciente, sugiere que la flora intestinal podría figurar un importante papel en los síntomas de la depresión: en este trabajo sometieron a un grupo de ratones a estrés y comprobaron como su nivel de Lactobacilus había disminuido a la vez que mostraban síntomas depresivos; posteriormente regeneraron con Lactobacilus la flora intestinal de los roedores y comprobaron como los síntomas de depresión desaparecían. Los autores del trabajo creen que el yogur podría integrarse en la dieta de los pacientes depresivos y que quizás en un futuro, con investigación adicional, podría sustituir a la medicación utilizada para tratarla.

La flora intestinal y su "floreciente" relación con la salud mental.

Por cierto, que en este blog ya hemos hablado en otras ocasiones de la influencia de la alimentación en el estado de ánimo y la salud mental:








Y tienes toda la colección en:

sábado, 18 de marzo de 2017

¿Por qué sentimos picor cuando vemos a otras personas rascarse? Un truco estupendo para controlar tu conducta

Cuando ves a alguien rascarse, es muy posible que empieces a sentir picor, algo que entra dentro de lo que se ha llamado contagio social; se habla de imitación, de empatía, de las neuronas espejo…sin embargo, un estudio reciente publicado en la revista Journal of Science, arroja luz sobre este fenómeno al demostrar que nuestro cerebro está diseñado para responder ante la imagen de una persona que se rasca.


En términos sencillos, el contagio social es la extensión de actitudes o conductas entre personas. Otro ejemplo de conducta que se contagia socialmente es el bostezo.


Según el autor del estudio citado, incluso mencionar el picor puede hacer que alguien se rasque: “Mucha gente piensa que está todo en la mente, pero este trabajo demuestra que es una conducta programada en nuestro cerebro y no una forma de empatía.”
Para llegar a estos resultados, el equipo de investigación analizó la actividad cerebral de roedores mientras se les contagiaba socialmente con la conducta de rascarse:
Se colocó a los roedores en un recinto con una pantalla de ordenador, en la cual se proyectaba un vídeo de un ratón rascándose; después de unos segundos, todos los roedores empezaron rascarse. Esto sorprendió a los autores del trabajo, ya que es conocida la pobre visión de la que disponen los ratones, que suelen usar el olor y el contacto físico para explorar, por lo que no se pensaba que pudieran responder ante imágenes de vídeo…pero no sólo vieron el vídeo, también interpretaron como los ratones de las imágenes se rascaban y sufrieron el contagio social.




Pero, ¿cuáles eran las señales cerebrales que llevaban a los ratones a rascarse?
El equipo detectó una actividad cerebral adecuada en el Núcleo Supraquiasmático (SCN), un área implicada en la regulación de los ciclos de sueño-vigilia. El SCN segregaba un péptido ante la visión de los ratones rascándose, que era la sustancia responsable de que se produjera una respuesta similar; de hecho, cuando los investigadores bloquearon este péptido, la conducta de rascarse no se contagió.
Esto demuestra, según los autores del trabajo, que esta conducta no es consciente sino automática y por tanto, no puede controlarse.
Es posible que para los ratones la conducta sea incontrolable, pero no creo que esto sea así para los seres humanos.

¿Quieres saber un truco para no rascarte? Prueba con este fantástico ejercicio de Mindfulness:

Empieza por tomar varias respiraciones profundas y a continuación céntrate en tu respiración.
Nota como el aire entra y sale de tu cuerpo y, si te es más fácil, centra tu atención en una zona determinada.
Ante cualquier sensación de picor, urgencia por rascarte o bien por hacer algún movimiento, no te muevas: sólo nótala, vuelve a centrarte en tu respiración y permanece inmóvil.
Ante cualquier pensamiento que te distraiga de tu respiración, nótalo y vuelve a centrarse en ella.
Permanece así todo el tiempo que puedas.


En resumen, si no quieres rascarte o realizar otra conducta que consideres automática (o más fuerte que tú), vuelve al presente.



viernes, 10 de marzo de 2017

El sexo puede mejorar tu rendimiento laboral

Según un reciente estudio de la Escuela de Negocios de la Universidad de Oregon publicado en revista Journal of Management las parejas con una vida sexual más activa informan de una mayor satisfacción e implicación en su trabajo.



Se sabe que el sexo promueve la liberación de dopamina, un neurotransmisor que regula los centros de recompensa y placer del cerebro, además de estimular la liberación de la llamada hormona del amor, la oxitocina, que juega un papel en la excitación sexual y en los lazos sociales. Estos factores podrían explicar que el sexo en general mejore el estado de ánimo y el bienestar psicológico.

En el estudio citado, los autores trataron de investigar cómo el sexo podría impactar en el estado de ánimo y en la conducta en el lugar de trabajo:
Diariamente durante dos semanas, 159 empleados casados rellenaron dos veces al día un breve cuestionario sobre su vida sexual en casa, así como sobre su estado de ánimo y su comportamiento en el trabajo el día después de practicar sexo.

Los resultados mostraban como el sexo estaba asociado a un estado de ánimo más positivo a la mañana siguiente de practicarlo, así como a una mayor satisfacción e implicación laboral.

Son muchos los estudios sobre la influencia del sexo en el estado de ánimo.

Es curioso el que, ahora que las empresas y organizaciones están poniendo más hincapié en la felicidad del trabajador como medio para mejorar su productividad laboral, se encuentre esta forma eficaz de aumentar su felicidad , que lógicamente, queda fuera del ámbito y de las competencias del departamento de Recursos Humanos de la empresa, ¿o no?

Está de moda la voluntad por parte de la empresas de promover la felicidad del trabajador como medio para aumentar su productividad laboral.


Pues no, no es así, ya que estos resultados apoyan la idea de que llevarse a casa el trabajo o “estar laboralmente conectado” en casa puede perjudicar la productividad laboral, en este caso, debido a que se ha visto que las parejas cuyos miembros tienen esta costumbre disfrutan de una menor actividad sexual.
Esto es otro punto a favor de las ideas que asocian las nuevas tecnologías con una pobre relación de pareja, ya no sólo por interferir en la comunicación, sino también por promover la reducción de la actividad sexual.